Hubo un tiempo en el que los locutores de radio eran casi dioses. Su influencia llegaba hasta el último rincón. Desde la casa más modesta, hasta la más pudiente. Desde la garita de un vigilante de seguridad, hasta el despacho presidencial de la Moncloa.
La radio tenía un profundo calado en la sociedad y sus locutores supieron sacarle provecho. Ponían en jaque al gobierno, acababan con las carreras deportivas de las estrellas del momento, atacaban a poderosos empresarios o se destruían matrimonios sin piedad. En pocos años, la prensa de la dictadura pasó a tener total libertad. El poder era demasiado grande y el ego y la ambición, aún más. En ese trono solo había sitio para un Rey de la Noche y como era de esperar, se les fue de las manos. Esa guerra es el germen de nuestra serie.
En “Reyes de la noche” viajamos a un país en proceso de cambio en el que aún convivían dos Españas y unos personajes que estrenaban un juguete llamado “libertad de expresión”. Todo esto nos pareció un auténtico paraíso en el que arrancar una historia apasionante.
Esta no es una serie biográfica, pero sí un relato social de aquella época. Nuestros protagonistas recuerdan a leyendas reconocibles de la radio, pero Paco el Cóndor y Jota Montes son únicos. Dos personajes de ficción creados para vivir -y sufrir- su propia historia con tramas que transitan entre el drama periodístico y la sátira. Aldolfo Valor codirige la serie con Carlos Therón.
Durante el proceso de documentación, nos reunimos con muchos de los protagonistas de esa época. Todos reconocían que la guerra no tenía sentido, pero al mismo tiempo recuerdan aquellos años tan salvajes como los mejores de sus vidas. Hemos tratado de ser fieles al espíritu de aquel mundo, pero a la vez, totalmente libres para crear nuestra propia historia.
“Reyes de la noche” no es una serie sobre fútbol, aunque por ella suenen alineaciones míticas. Es una serie sobre la lucha de egos, el poder, la ambición y sobre todo… la radio. Queremos que el espectador huela el tabaco, el brandy, el sudor de esos periodistas sometidos a una presión insoportable. Para recrear la atmósfera contamos con un equipo de profesionales excelente que, sin parodiar la época, ni caer en los estereotipos; nos han hecho viajar en el tiempo. Arte, fotografía, maquillaje, peluquería… todos los departamentos nos han traído un pedazo de historia que todos recordamos, ya sea porque la vivimos o bien porque es el telón de fondo de las fotos de nuestra infancia. Nunca una guerra mediática fue tan dura y cruel como esta. Esperamos que también sea tremendamente divertida.
Adolfo Valor codirige la serie con Carlos Therón.
